Asentado en el corazón de la Tierra del Vino, se encuentra la que fuera un día "gran Villa de Venialbo". De ella dijo Gómez Carabias en 1884, que era -"uno de los sitios más deliciosos y pintorescos del partido de Toro".
Venialbo es un pueblo más de la Tierra del Vino. Su altura sobre el Mediterráneo, por su situación en el Oeste de la Península, es de 705 metros. Su termino municipal es un rombo que se extiende en su eje mayor con dirección de Noroeste a Sudeste.
Tiene una superficie de 4.188 Hectáreas, lo que traducido a Fanegas Castellanas, serían 12.564 - es decir, a tres Fanegas por Hectárea -, y está repartida las hojas numero 397,398 y 426 del 1: 50.000 (mapa catastral de 1990).
Del clima de Venialbo, dice Pascual Madoz en su obra Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, (Madrid, 1845-1850), que es "propenso a fiebres intermitentes y biliosas y a pulmonías y dolores de costado".
Este pueblo,como ocurre a muchos de Zamora, aún no sabe como sobrevivir exactamente, sin el peso de su pasado, tanto histórico como rural, a la entrada del nuevo milenio, que hasta ahora le ha incluido dentro del olvido general del oeste español.
Como en la gran mayoría de los pueblos de Castilla, se ha dejado notar, el azote que supuso la emigración interior en España, de los años 60 y 70. Así, muchas familias, por lo general jóvenes, la mayoría, que vivían o malvivían , de las rentas de una pobre agricultura, o de intermitentes jornales mal pagados, deciden emigrar a las ciudades donde una floreciente industria les asegura, no ya el enriquecimiento, sino la propia supervivencia.
A comienzos de siglo, la población de Venialbo, contaba, a tenor de lo anterior, con unos 1700 habitantes. Pasado el año 20, y hasta los 50 comienza a subir la población, sobre todo en las dos últimas décadas citadas, hasta marcar la cota de 1634 habitantes. Es a partir de este momento cuando el fenómeno migratorio entra en el panorama social de nuestros pueblos.
Podríamos mencionar como ejemplo destacado la aparición, en los años de la posguerra, con las dificultades que ya eso conlleva, de una compañía de aficionados comediantes, que recorría, en los meses de menor actividad campesina, los pueblos de la Tierra del Vino, llegando incluso a pueblos de Sayago, no hay que olvidar que el apoyo institucional a este tipo de actividades en esos años era nulo.
Por sus tierras se dispersan las huertas y prados, en alternancia clara con la aspereza que el cereal da al terreno cultivado sobre todo en el estío.
En sus laderas y solanas se han criado los viñedos productores de los frutos más sabrosos de la comarca vitícola, conservados después en el fondo de sus frescas bodegas, mirando siempre al Talanda y hacia el Norte.
Las variedades típicas de las viñas de Venialbo a parte de la Tinta ya mencionada, vienen conformadas por; albillo, calagraño, cañarroyo, colgadura, malvasía, moscatel, jerez, negro, tinta Madrid y verdejo principalmente.
También cabe destacar, aunque en la actualidad menos, la ganaderia existente en la zona propiciada por la extensa pradera que suministra de pastos la mayor parte del año a las reses.