La corporación municipal de Venialbo aprobó en el último pleno la declaración de los espectáculos taurinos que se celebran durante las fiestas de Nuestra Señora de la Asunción y San Roque como Patrimonio Cultural Inmaterial.
La propuesta, presentada por el alcalde de la villa, Jesús Vara Colino, se aprobó con el voto favorable de los cinco ediles populares de los siete que componen el pleno.
En el documento aprobado se argumenta que los festejos taurinos son «un hecho cultural que no se puede desvincular de nuestra historia y nuestras tradiciones», y pone como ejemplos en el caso de Venialbo la pradera comunal en la que se celebran los encierros de San Roque y San Roquito, situada frente al teso de las bodegas, el propio nombre de la comarca de Toro, la Denominación de Origen de los vinos de la zona y «el sentir e inquietudes taurinas de un gran número de vecinos de la localidad».
Por otra parte, se añade que las fiestas celebradas en el mes de agosto permiten fomentar el desarrollo económico y turístico de Venialbo, difundir su cultura y promover valores, costumbres, tradiciones y la afición taurina, que califica de «un valor inestimable para los habitantes de las comarcas de Toro, La Guareña y Tierra del Vino». La UNESCO otorga a las comunidades, los grupos y los individuos la facultad para reconocer su patrimonio cultural inmaterial, con el objetivo de darlo a conocer a sus Estados afiliados para su difusión y promoción.
La UNESCO define como patrimonio cultural inmaterial «las representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural».
Cabe destacar que el encierro de San Roquito, que se celebra en Venialbo cada 17 de agosto, cuenta con gran fama entre los aficionados a la tauromaquia de Tierra del Vino y La Guareña, y atrae cada año a numerosos forasteros a la localidad.